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🍍TODA UNA FIESTA SWINGER🍍 

Anónimo Swinger

🍍TODA UNA FIESTA SWINGER🍍 
24 de marzo de 2023

🍍TODA UNA FIESTA SWINGER🍍 

UN RELATO POR ANONIMO. SWINGER.

Hola,después de una primera visita a un club de intercambio con una chica que conocí a través de una página web y que me introdujo en el ambiente, decidí proponerle a una amiga ir juntos a un spa nudista muy conocido que hay en Madrid.

 

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En verano nos habíamos bañado desnudos en alguna playa nudista, y nos gustó la experiencia de disfrutar de nuestros cuerpos desnudos al sol. Esta situación nos provocaba un cierto morbo, pero el anonimato nos relajaba.
 
Pese a mis cincuenta tacos, me conservo bastante bien, practico deporte, soy alto, 80 kilos de peso. Mi amiga Cristina a la que conocí en el trabajo, es más joven que yo. Tiene 35 años y nos consideramos “follamigos”. Nos vemos de vez en cuando, viajamos juntos cuando podemos y nos gusta experimentar, conocer nuevos restaurantes, nuevas ciudades y nuevas formas de practicar el sexo.
 
Nunca nos habíamos planteado un intercambio, pero yo soñaba con ello y me ponía a 100, pero no sabía cómo planteárselo.
Un día quedamos a comer y le propuse cogernos la tarde libre y sorprenderla con un nuevo plan (ir juntos a un spa para relajarnos por la tarde). No le dije toda la verdad sobre el sitio, solamente que era un spa nudista con jacuzzi, sauna y podíamos tomarnos tranquilamente un café y pasar una tarde tranquila.
 
A Cristina, le extrañó la propuesta, pero contestó que podía ser divertida y así nos quitamos encima el stress de toda la semana.
 
Al momento me puse cachondo pensando en lo que nos íbamos a encontrar. Pero a medida que nos acercábamos me preocupaba su reacción y me puse un poco nervioso.
Al llegar, ella se extrañó que no hubiese ningún cartel en la puerta, y que todo estuviese muy cerrado.
—¿Estás seguro que es aquí? —Me preguntó Cristina.
—Si, seguro —respondí.
Mi corazón latía a mil y me decidí a explicarla antes de entrar ya que este local además de spa, permitía interactuar entre las parejas.
 
Cristina puso unos ojos como platos y me dijo que ni de coña entraba en un sitio como este.
La abracé e intenté tranquilizarla, “no tienes que hacer nada, simplemente nos relajamos y observamos el ambiente”.
 
Ella seguía reticente, pero finalmente la convencí diciéndole que nos iríamos en cuanto ella me lo pidiera.
La tenía abrazada y sentía su corazón latir muy rápido. Finalmente llevándola abrazada, nos acercamos a la puerta.
Llamamos al timbre y nos abrió una chica que nos dio una llave para guardar la ropa, unas zapatillas desechables y nos preguntó si preferíamos toalla o albornoz. Nos decantamos por el albornoz.
 
Pasamos dentro, estábamos excitados y nerviosos, menos mal que no había nadie en el vestuario porque posiblemente Cristina hubiese salido corriendo.
Nos desnudamos con una risita nerviosa y nos fuimos directamente a la zona de bar tapados únicamente con los albornoces.
 
Yo ya tenía mi polla empalmada, además no me podía cerrar el albornoz. En el bar había otras parejas que charlaban animadamente y algún chico solo que deambulaba por el local en busca de alguna aventura.
 
Para rebajar la tensión, pregunté a la camarera que nos explicase un poco la organización del spa.
Nos explicó que la parte de arriba era únicamente para parejas y en la de abajo estaba la piscina/jacuzzi, la sauna, y unos cuartos donde podíamos buscar más intimidad solos o con otras parejas.
 
Cristina me apretaba la mano fuerte y se la notaba nerviosa, pero excitada.
Nos decidimos por entrar en la parte de las parejas y nos quedamos de piedra en la puerta. Varias parejas follaban en una gran colchoneta tipo futón o tatami, la habitación tenía mucha luz y se oían pequeños gritos de placer. Empujé a Cristina hacia el centro de la sala. La invité a tumbarnos, me deshice de mi albornoz y utilizándolo como sábana improvisada me tumbé en el tatami.
 
La cogí de la mano atrayéndola hacia mí. Me besó profundamente mordiéndome el labio. A la vez que miraba hacia la pareja de al lado vi como la chica le estaba haciendo una mamada de escándalo. Cuando se fue relajando empecé a besarla el cuello, los hombros y con las manos le acariciaba las tetas. Notaba sus pezones erectos y a cada caricia ella respondía con un respingo.
 Poco a poco mis manos se deslizaron entre sus piernas. Estaba totalmente mojada y empezó a jadear, a la vez que me cogió mi polla con una mano y la movió rítmicamente. Sus jadeos provocaron que la pareja de al lado se volviese y nos sonriera. Me entraron ganas locas de probar los flujos que salían de Cristina y de lamer ese clítoris que se había endurecido a respuesta de mis caricias.
 
A Cristina le temblaba todo el cuerpo y jadeaba ante el trabajo aplicado de mi lengua. Tenía los ojos cerrados y no se percató que la pareja de al lado se nos había acercado y el chico le estaba acariciando el brazo. Yo sin dudarlo empecé a acariciar la pierna de la otra chica y esta me respondió acariciándome la espalda mientras yo seguía chupando como un poseso.
 
 Mi mano fue pasando de la pierna al coñito de mi vecina y su pareja empezó a chupar los pezones de Cristina que seguía en trance, con los ojos entrecerrados gimiendo como una perra en celo.
 
Poco a poco los cuerpos de los cuatro se fueron entremezclando y mi nueva amiga con mi rabo en una mano me “pidió permiso” para llevárselo a la boca. Yo no cabía en mi gozo y le respondí afirmativamente con una sonrisa
 
 Estaba comiendo el coño a Cristina mientras me chupaba mi polla con avidez. Estaba a punto de correrme, pero intentaba pensar en otra cosa. Mi cuerpo tenía espasmos y no podía aguantar más. Al levantar la cabeza para avisar a mi nueva amiga que me iba a correr, vi a Cristina agarrada a la polla de la otra pareja lamiendo el capullo con avidez. Ante esta visión empecé a eyacular, llenándole a mi nueva amiga de lefa por toda cara. Cristina al verme se echó a reír y me besó apasionadamente.
—¡Me ha encantado tu sorpresa! —Me dijo.
¡En otro relato os contaré cómo continuó la fiesta!

 

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